Buses a todos los barrios | Blog de Gustavo Gomez

martes, 31 de agosto de 2010

Adiós al niño eterno

Los periódicos despertaron ayer con la noticia del fallecimiento del poeta colombiano Jairo Aníbal Niño, uno de los grandes exponentes de la literatura infantil. El escritor partió antes de tiempo, no hay duda. Nacido en Moniquirá (Boyacá), hace 69 años, se rindió ante una penosa enfermedad, pero deja una variopinta y reconocida producción literaria. Se le conoció como el "poeta de los niños", o como el "niño eterno", con ese apellido que parecía hecho a su medida. Si bien sus textos pasan por la dramaturgia, los guiones de cine, los cuentos, fueron sus poemas, escritos como relatos para quienes inician su vida, el sello que lo instaura como un poeta de reconocimiento internacional.

Libros como La alegría de querer nutrieron la imaginación de toda una generación infantil de Latinoamérica y comprobaron que la belleza de un verso no radica en el barroquismo o enrevesamiento de la sintaxis, sino en la sencillez con que se transmite una imagen. Esa era la gran cualidad de Jairo Aníbal Niño.



Obras de teatro y cuentos produjo también este escritor durante una vida dedicada a la construcción de imaginarios cotidianos, de los primeros amores en medio de las clases del colegio y los recreos, de los aviones de papel.

Si bien él solía decir que la literatura infantil no existe, porque entonces existiría también la "literatura senil", obtuvo merecidos reconocimientos en esa área de las letras, como la nominación al premio Hans Christian Andersen, que equivale al premio Nobel. El recorrido de su pluma por los caminos de la dramaturgia, de los guiones de cine y del cuento le trajo también el premio Focine a guiones de largometraje argumental y El monte calvo lo destacó en el V Festival Mundial de Teatro de Nancy (Francia), por mencionar algunos.

Fue prolífico e ingenioso. Se lo recordará siempre por plasmar en su narrativa la visión asombrada e ingenua de un pequeño de 7 años, con la voz profunda de un escritor consumado. Al lado de Rafael Pombo, en su estilo, su obra entra a los anales de la literatura colombiana por la puerta grande a pesar del recelo de algunos críticos que lo consideran un poeta menor. No sobra recordar que algunos de los relatos infantiles más famosos del mundo son también algunas de las historias más dolorosas, pasando por cuentos de Oscar Wilde, como El gigante egoísta, hasta Las aventuras de Tom Sawyer, de Mark Twain, ambos autores consagrados de la literatura universal. Se va un señalado hombre de letras. El legado de Niño perdurará, en tanto que haya un niño que lo lea y un adulto que lo recuerde.
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Ilustración de Jairo Aníbal Niño por: Jota Jota Ilustraciones ©


Editoriales Casa Editorial ElTiempo ©

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